La
Ruta de las kasbahs.
Con salida desde Ouarzazate, para regresar aquí de nuevo tras haber
descubierto un itinerario jalonado de centenas de kasbahs.
Estos orgullosos monumentos del arte
bereber son únicos en el mundo.
Con salida desde Ouarzazate Ait Ben Haddou.
En el Gran Sur, Ouarzazate constituye uno de los puntos de partida
preferidos para salir al encuentro de los kasbahs. Estas ciudadelas construidas con adobe (tierra
cruda), a la vez sencillas y suntuosamente decoradas con motivos
geométricos, son representativas de la cultura
bereber. El circuito, que debería realizarse preferentemente en 4X4,
le sumergirá de inmediato en pleno corazón de su búsqueda, en el mismo Ouarzazate, con la kasbah Taourirt, auténtica joya declarada
Patrimonio Mundial de la Unesco. Tomando dirección sudoeste,
llegará a Agdz, con su ciudadela y su fortín. Esta villa se abre
sobre el valle
del Draâ, oasis magnífico, bordeado por el
desierto, que se extiende sobre
una estrecha franja de casi 200
kilómetros de largo, hasta la ciudad
de M’Hamid. Gozará de la
oportunidad de descubrir aquí otras kasbahs,
pero también algunos
ksour (ksar, en singular), pueblos
fortificados rodeados por altas murallas.
Hacia el valle del Dades La Ruta de las kasbahs.
Ascendiendo en dirección norte, llegará a N’Kob, con sus 52 kasbahs
y su palmeral. Más al este, está Erfoud, capital de los dátiles, con sus calles trazadas en ángulo recto.
En dirección oeste (hacia Ouarzazate), se topará
con Tinghir,
dominada por una imponente kasbah. Tinghir es el punto
de partida
ideal para visitar las gargantas del Todra, cuyas impresionantes
paredes pueden elevarse hasta unos 300 metros de altitud.
Siguiendo
su camino, se encontrará con Boulmane y su kasbah
Tizzarouine, punto
donde confluyen las gargantas y el valle del Dades,
también llamado
"valle de las 1.000 kasbahs".
En el valle de las rosas.
Un poco más lejos, se encuentra la ciudad fortificada de Kelaât M’Gouna
donde el valle toma la denominación de valle de las rosas. Esta localidad es famosa por la
fabricación de agua de rosas, un producto de belleza muy de moda,
también utilizado como medicamento. A algunos kilómetros, Skoura
posee un palmeral dominado por kasbahs, a cada cual más increíble…
Por último, al llegar al punto de retorno a
Ouarzazate, la kasbah de Ait Ben Haddou, su ksar y sus aldeas
contiguas
le pondrán un broche de oro a su apasionante periplo. |